Tras un mes de misión, nos llegan noticias de nuestro compañero Adolfo (y su mujer María). Os dejamos su texto íntegro:
Al llegar a la cuarta semana de nuestra aventura de voluntariado, no podemos sino expresar nuestra gratitud infinita.
Desde el primer momento, nos hemos visto envueltos en un abrazo de cariño y amabilidad, abriendo puertas a vidas que nos reciben con humildad y sensatez.Es asombroso constatar que, en la simplicidad, reside una felicidad más pura. Aunque la realidad puede ser dura, la sonrisa es el estandarte que ilumina cada día.
Ciudad Bolívar, barrio de la Estrella, nos has colmado de generosidad. Sigamos compartiendo, contribuyendo y enriqueciendo nuestras vivencias juntos, pues el tiempo es efímero y precioso.