Patrimonio salesiano en Salamanca

22 abril 2024

El 13 de abril, en el marco de la celebración de los 125 años de la presencia de los Salesianos en Salamanca, fuimos testigos de una interesante conferencia sobre “El patrimonio salesiano en Salamanca: una aportación a los 125 años de su presencia” impartida por Joaquín Torres y Miguel Ángel Fernández, ambos miembros de la Delegación de Patrimonio cultural salesiano Santiago el Mayor en la Inspectoría. Se trataba de dar una visión de la historia en la ciudad de Salamanca desde los bienes culturales que atesoran un rico carisma salesiano, para valorar y salvaguardar su memoria.

Salamanca, fuente de numerosas vocaciones salesianas que junto a la pléyade de antiguos alumnos, cooperadores y miembros de la familia salesiana se esparcen por todo el mundo marcando el sello salesiano en todos los sitios. Así comenzaba Joaquín Torres su intervención que seguía afirmando que no se puede entender Salamanca sin los salesianos de la misma manera que no se pueden entender los salesianos sin Salamanca.

El objetivo de la conferencia era dar a conocer parte del rico patrimonio salesiano de Salamanca y despertar el interés de ser sus valedores y transmisores de ese patrimonio material y cultural.

Comenzaron hablando de la arquitectura patrimonial de los centros de S. José en Pizarrales y María Auxiliadora junto al colegio Don Bosco de las salesianas. Imágenes y crónicas contenidas en los ricos archivos de las casas que permiten hacer un recorrido por la historia salesiana en la ciudad. 

Historia que comienza el 30 de diciembre de 1898 con la llegada de los primeros salesianos. “El día 30 de diciembre del año del Señor de 1898, reinando en la catedra de San Pedro el Pontífice León XIII, en la Corona de España D. Alfonso XIII, bajo la regencia de Dª María Cristina, su madre, y en silla episcopal de Salamanca el Excmo. Ilmo. Sr. D. Fray Tomás Cámara y Castro, de la orden de San Agustín, siendo superior General de la Congregación Salesiana el Rvmo. D. Miguel Rua, primer sucesor de Don Bosco, e inspector de las casas de España el muy Rvdo. D. Felipe Rinaldi, el sacerdote D. Vicente María Schiralli dejaba el colegio de Béjar para hacerse cargo de nueva casa de Salamanca, cuyas bases de aceptación presentadas por el Consejo de las Conferencias de S. Vicente de Paul fueron aprobadas por el Capítulo Superior de la Congregación Salesiana…” Los primeros pasos de los Salesianos se dan en la parroquia de S. Benito donde se imparte enseñanza elemental de dibujo, modelación, albañilería y música.

Con la proyección de fotografías del momento van describiendo sucesivos pasos de obras: la compra de terrenos para construir el colegio de María Auxiliadora el 11 de julio de 1900; el comienzo de las obras en 1902; la inauguración y bendición del nuevo colegio el 9 de octubre de 1909; el comienzo de la construcción de la nueva iglesia de María Auxiliadora y su inauguración el 14 de junio 1945…

El cierre definitivo del colegio de S. Benito se realiza el 1 de julio de 1955, fecha en la que se entrega el centro a la Diócesis. En esa fecha la comunidad salesiana pasa al colegio María Auxiliadora junto a un grupo de 160 alumnos que tienen las clases de verano en el Colegio. En el mes de septiembre de ese año abre las puertas el nuevo colegio de S. José en el barrio de Pizarrales. Es la nueva presencia salesiana en la ciudad que ofrecerá los estudios de Formación Profesional y que acoge al alumnado del colegio de S. Benito.

A lo largo de esos primeros años se van atesorando diversas imágenes y obras artísticas que junto a la adquisición de valiosos laboratorios configuran un rico catálogo que se conserva y está a disposición de los interesados en estudiar su valor artístico o científico.

Junto al patrimonio material, la ciudad de Salamanca ha disfrutado de un precioso patrimonio cultural y religioso. La aportación al mundo de la educación de la ciudad del sistema educativo salesiano ha producido generaciones de personas que han invadido la geografía castellana y más allá de sus fronteras, de “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.

Los distintos grupos de la Familia Salesiana, con su particular carisma, son otra de las aportaciones de las que disfruta la ciudad. Y no se puede dejar de señalar la gran devoción a María Auxiliadora que inunda las calles y casas con la presencia de las capillas domiciliarias.

La presencia salesiana en Salamanca se abre al futuro, con un renovado impulso. La memoria histórica se convierte, para cada uno de sus destinatarios, educadores, animadores, familias y miembros de la Familia Salesiana, en un reto hecho profecía: seguir respondiendo en el espacio y el tiempo a las necesidades de educación y evangelización cristiana de las nuevas generaciones que serán el futuro de la Iglesia y la sociedad, en la ciudad de Salamanca y en el mundo entero.

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